Llevo trabajando muchos años en la creación de marcas, y durante este tiempo he ido cambiando la metodología e introducido nuevas herramientas para mejorar mis procesos. Me doy cuenta (y cada vez más) que una de las claves más importantes para que el proyecto tenga un final feliz, está en la recopilación de información por mi parte, y en el autoconocimiento del proyecto por parte del cliente. Y la mejor herramienta para poder profundizar en estas dos cosas es sencilla: ESCUCHAR.
Desde hace un tiempo, me siento a redactar el 'briefing' (por llamarlo de alguna manera, ya que no es un cuestionario al uso) con el cliente. Porque cuando el cliente habla sobre su proyecto en alto, piensa algunas cosas de forma consciente, pero otras las dice sin pensar. Y cuando hace esto se escucha (escucha pasiva) y se le revela la verdad acerca de sí mismo y acerca de su proyecto. Pasa de pensar en lo que cree ser, a ser consciente de lo que es.
“Apunto, escribo, y pregunto. Y sigo escuchando. ”
Al mismo tiempo que sucede esto, cuando el cliente habla, yo escucho (escucha activa). Apunto, escribo, y pregunto. Y sigo escuchando. Y si uno está 100% en este proceso, empatizas, conectas y pasas a ser partícipe de su visión y a descubrir el propósito de su marca de una forma natural.
Escuchando y dejando al cliente hablar (incluso divagar), invertiremos mucho más tiempo en recopilar información, pero también seremos más eficientes en la construcción de la marca para que sea lo que debe ser: ella misma.